A partir del 9 de enero del presente año, el agua tuvo aumento radical de cerca del 34 %, por lo que los envases de agua para beber de las marcas conocidas es prácticamente un lujo, siendo que en realidad es un derecho humano para las familias mexicanas tener agua segura, económica o prácticamente gratuita para la salud y la vida misma.

Por otro lado no todas las marcas de envases en el mercado indican las normas de calidad, certificaciones u otras leyendas de ley que permitan dar seguridad y certeza del líquido que se bebe.
La compra de agua embotellada, puede representar entre un 22 y un 24 % del sueldo de un padre o madre de familia
trabajador con salario mínimo, lo cual es una pérdida sustancial no recuperable y de alto impacto en la economía familiar, aunado a que la basura plástica genera un problema de contaminación para el medio ambiente y el entorno de la comunidad.

Por ello al ahorrar del 22- 24 %, cada familia podrá tener mejores oportunidades para la alimentación, educación, vestido, salud y calzado para un mejor desarrollo de los infantes en casa.